Isabel II: broches que hablaban sin decir una palabra.
Lore Fryd • Diseño en Accesorios
Publicado originalmente: 2024 • Actualizado: 21/09/2025
Dicen que Isabel II (1926–2022) usaba sus broches como una forma sutil de comunicar: una joya, un gesto, un mensaje escondido a la vista de todos.
Hoy te contamos la historia de algunos de ellos: pequeños íconos con mucho para decir.
“Lirio de la Ciudad de Londres” (1947)
Cuando aún era princesa, Isabel recibió un broche de diamantes en forma de lirios al obtener las llaves de la Ciudad de Londres. Un gesto simbólico que anticipaba su rol público.
“Cullinan V”
Heredado de su abuela, la reina María de Teck, es uno de los broches más impactantes de Isabel II. Destaca por su diamante central de ~18,8 quilates, tallado del famoso diamante Cullinan, el más grande jamás encontrado.
“Cullinan III y IV” (apodados “los brillitos de la abuelita”)
Suelen lucirse juntos y se originan también del Cullinan: incorporan la tercera y la cuarta gema talladas de aquella piedra monumental. La reina María les dio el apodo cariñoso por el brillo extraordinario de ambos.
“Nudo del amor verdadero”
En 1953, Isabel heredó este broche de diamantes (adquirido en Garrard en 1932). Fue pieza recurrente en bodas familiares, como la de la princesa Margarita y la de los actuales príncipes de Wales.
“La estrella de Jardine”
Uno de sus favoritos: una estrella de diamantes cuyo origen exacto es poco claro. Se cree que se trata de un diseño victoriano cedido a la reina en 1981 por Lady Jardine.
Estos son solo algunos de los broches de la impresionante colección de Isabel II, cada uno con historia propia y significado único.
Fotos: Pinterest
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